¿Alguna vez has entrado a un hospital y has visto una aguja clavada en el brazo de alguien? Esta aguja está conectada a un tubo que se une a medicamentos o líquidos en una bolsa. Este tubo se llama línea intravenosa (IV). Poner una IV es una manera de administrar medicamentos y líquidos importantes directamente a las venas de alguien. De esta forma, los pacientes reciben el cuidado que necesitan rápidamente y de manera eficiente.
En las líneas de suero de los hospitales, los doctores y las enfermeras deben tener cuidado. Si cargan demasiada medicina o la forma incorrecta de esta, eso sería peligroso para el paciente. Para este propósito, existe un pequeño pero pivotal instrumento: el válvula de tres vías. Este dispositivo, conectado a la línea de suero, permite a los clínicos controlar qué medicamentos y fluidos son administrados. Es instrumental en asegurar que el tratamiento adecuado sea recibido por los pacientes.
Hay momentos en que las personas necesitan tener líquidos extra para poder mantenerse sanas o, a veces, recuperar el líquido corporal perdido. Esto puede ocurrir por una variedad de razones: ya sea porque alguien está muy enfermo, ha tenido cirugía o se ha deshidratado. Un conmutador de 3 vías permite a los médicos y enfermeras controlar la cantidad de líquido que se bombea a un paciente. Esto es muy importante porque la reposición de líquidos en el cuerpo puede ayudar a una persona a sentirse más saludable, y generalmente se recupera antes. Por otro lado, Philip y Betti también pueden combinar diferentes medicamentos o líquidos con un conmutador de 3 vías para que todo esté exactamente correcto antes de administrárselo al paciente.
Si un médico quiere darte una inyección, entonces deben estar 100% seguros de que el medicamento va directamente al lugar del cuerpo donde se necesita. Usan un conmutador de tres vías para hacer esto con precisión. Esto permitirá al personal médico verificar cómo fluye el medicamento antes de que entre en la aguja. Con el conmutador, se aseguran de que vaya donde debe ir antes de administrar realmente la inyección. Este proceso deliberado se realiza para asegurarse de que los pacientes reciban el tratamiento correcto de manera segura y fluida.
Una persona que ha perdido mucho sangre debido a una lesión u otra condición médica puede necesitar recibir una transfusión de sangre. Esto ocurre cuando reciben sangre de alguien (quien haya dado su consentimiento o cuya familia haya estado de acuerdo) para donar la misma cantidad de sangre que se ha perdido. En esta situación, ayuda mucho el uso del tres vías: la dosis correcta llega mejor al paciente. El conmutador de tres vías también permite mezclar los medicamentos o líquidos necesarios con la sangre antes de administrarlos al paciente, asegurando una transfusión segura y efectiva, igual que con cualquier otro tipo de sustancias.
Además de estas aplicaciones, los conmutadores de tres vías son utilizados por profesionales médicos para varias tareas importantes. Por ejemplo, pueden medir cuánta sangre está drenando del cuerpo de un paciente a través del conmutador. Esto se conoce como medición de la pérdida de sangre y ayuda a asegurar que los pacientes no pierdan una cantidad excesiva de sangre. Esto permite a los trabajadores de la salud responder de inmediato en caso de que algo salga mal.
Uno de los usos más comunes es ayudar a vaciar la vejiga de una persona. Esto es particularmente útil si tienen una infección en la vejiga o algo más. Ayuda al personal médico a eliminar bacterias o sustancias dañinas de la vejiga utilizando un conector de tres vías para promover la salud y la curación.